Historia e historiografía de la inmediatez

¿Crisis nacional en Venezuela: 1978-2008? ¿Por qué?

por: jl Monzantg

El I Congreso Internacional de Historia Inmediata se realiza en Maracaibo, Venezuela, en el marco de la VI Feria del Libro UNICA, entre el lunes 29 de septiembre y el miércoles 01 de octubre de 2008, en el Centro de Arte Lía Bermúdez de Maracaibo; y ha sido organizado, conjuntamente, por el Rectorado de la Universidad Católica Cecilio Acosta y la Universidad del Zulia, específicamente el Centro de Estudios Históricos de LUZ.
El propósito consiste en debatir, en primer lugar, los aspectos teóricos y metodológicos de lo que —desde la red «Historia a Debate», como colectivo digital de historiadores— se ha llamado «Historia inmediata»; y, en segundo lugar, la actualidad, el presente, la «inmediatez» venezolana, en su contexto latinoamericano y mundial. En consecuencia, hay dos mesas de trabajo.
En la Mesa Nº 1 —“TEORÍA Y METODOLOGÍA DE LA HISTORIA INMEDIATA”—, se pretende profundizar en el estudio de la historia y la historiografía inmediata, a partir de la premisa básica del «Debate IX: ¿Es posible una historia inmediata?», que se encuentra en
http://www.h-debate.com/. Para ello se invita a los ponentes a debatir sus conclusiones teóricas desde el particular «proceso histórico inmediato» que estudian.
En la Mesa Nº 2, ¿CRISIS NACIONAL EN VENEZUELA: 1978-2008? ¿POR QUÉ?”, se debate la crisis política y económica de la historia inmediata del país, cuyo origen es ubicado, por diferentes historiadores, a final de la década de los años setenta del siglo veintiuno.
Entre los invitados especiales al Congreso se encuentran los doctores Carlos Barros, Germán Carrera Damas y Manuel Caballero.
Carlos Barros, de la Universidad de Santiago de Compostela, España, es Coordinador de «Historia a Debate», y se ha convertido en eje articulador de la red digital de historiadores más amplia y activa en el mundo, donde destaca la participación de una importante comunidad de historiadores de Venezuela y toda América Latina. Germán Carrera Damas destaca entre los estudiosos más sistemáticos –y con mayores aportes– de la historiografía en Venezuela, y de algunos de los procesos históricos más importantes, complejos y polémicos del país. Manuel Caballero, por su parte, se ha caracterizado por su condición de «historiador militante» y analista político del día a día, desde su columna en importantes medios impresos, y por la difusión de una abultada producción bibliográfica.
Otros ponentes destacan. Luz Varela, de la Universidad de Los Andes, estudiosa de la historia de América y quien se encuentra entre los primeros firmantes de lo que se conoce como el «Grupo Manifiesto» de «Historia a Debate», y fue, además, quien inauguró el «Debate VI: Chávez», uno de los debates más visitados e intensos de la red.
Tomás Straka, de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), estudioso de las primeras décadas del siglo diecinueve venezolano –ideas, ética, tradición, ciudadanía, modernidad– desde donde parte para estudiar, en uno de sus trabajos más recientes, La tradición de lo moderno, lo inmediato en Venezuela; y Giovanni Meza Dorta, sociólogo dedicado al estudio de Miranda, como lo revela su obra Miranda y Bolívar: dos visiones, una lectura hecha desde un momento en que el pasado venezolano se redescubre desde una inmediatez en ebullición.
La Universidad del Zulia está representada por los historiadores Juan Eduardo Romero, analista político que cuenta con un trabajo sostenido en la prensa y en otros medios, así como con investigaciones especializadas en el área de la historia inmediata; Roberto López Sánchez, estudioso del movimiento popular, con publicaciones reconocidas sobre el movimiento estudiantil, quien también destaca dentro de la «historia militante» y, en consecuencia, comprometido con su inmediatez política y social; y Ángel Rafael Lombardi Boscán, cuya revisión del proceso independentista en el que se ha especializado le valió, recientemente, el premio nacional de historia, otorgado por la Academia Nacional de la Historia, y quien se ha convertido, además, en importante difusor de los estudios de la historia inmediata; así como por el antropólogo Johnny Alarcón Puentes, empeñado como está en explicar lo que pudiéramos llamar las relaciones de poder interétnicas, con publicaciones específicas en el campo de la historia inmediata, en español y otros idiomas. La mayoría de ellos han sido participantes consuetudinarios y apasionados del colectivo «Historia a Debate», específicamente en lo que se refiere al «Debate VI: Chávez», y firmantes, además, del «Grupo Manifiesto» de «Historia a Debate».
Por la Universidad Católica Cecilio Acosta participan, entre otros historiadores, Ángel Lombardi, con una trayectoria de más de cuarenta años en la publicación semanal de su análisis sobre la realidad nacional que lo acreditan, con propiedad, como «historiador del presente»; y Monzantg, con publicaciones en el campo de la crítica a la «historiografía oficial» del pasado reciente, y estudioso de la historia inmediata de Suramérica, considerada Suramérica como unidad geopolítica.
En el I Congreso Internacional de Historia Inmediata podrá participar todo interesado en el estudio de las ciencias sociales, ya sean estudiantes o profesionales. Esta diversidad pretende abrir el espacio al viejo debate sobre cuál es el científico social encargado —y el mejor preparado— para estudiar lo inmediato: el historiador, el periodista, el sociólogo, el novelista, el politólogo y el geopolitólogo, el economista, el antropólogo, entre otros especialistas. Hasta el momento —y de ahí parte importante del debate— hay consenso entre algunos historiadores y no historiadores, en cuanto a que el historiador «no puede» y «no debe» estudiar lo inmediato.
Más allá de un debate centrado en la racionalidad del cientificismo eurocéntrico, un escritor –novelista, para más señas– me dijo que “cualquiera explica lo inmediato mejor que el historiador”; otro historiador me refería, por su parte, que la geopolítica ha devenido en “la ciencia síntesis de las ciencias sociales”, puesto que su objeto de estudio es la inmediatez nacional y mundial; un sociólogo repetía un lugar común: que nuestra discusión es más digna de Bizancio que de la ciencia de los siglos veinte y veintiuno. Otro historiador –ya para cerrar este muestrario crítico–, afirmaba que no veía diferencia alguna entre estudiar “lo inmediato como historia y el trabajo del periodista”.
Me cuento, no obstante, entre quienes afirman —sin cortapisa y de manera diametralmente opuesta al maniqueísmo cientificista de un positivismo caro al modo de producción capitalista— que todo interesado en investigar e incluso publicar sobre el presente, «puede y debe hacerlo», y, en consecuencia, sin obstáculos comprensibles, el historiador. Me atrevo, incluso, a sugerir lo siguiente: he notado otro aspecto importante en este debate para muchos bizantino, una tendencia al consenso entre los estudiosos de las ciencias sociales, y de las ciencias en general, en cuanto a que, mientras no sea el historiador quien estudie el proceso histórico inmediato es como si aún no constituyera parte formal, oficial –con el «debido proceso», diríamos– de la historia. Semejante pretensión presenta aristas a considerar y a debatir. Para traducirlo con mayor claridad: “mientras el historiador no se encarga de lo inmediato, lo inmediato no es historia; pero el historiador no debe encargarse de lo inmediato, sino el periodista y el sociólogo, entre otros”. Por lo pronto dejo vista una conclusión general: «la comprensión del proceso histórico inmediato sugiere y reclama la visión global desde las ciencias sociales». No me refiero a trabajar en comodato, por parcelas disciplinarias; sí, en cambio, a que el estudioso haya trajinado desde filosofía hasta literatura, pasando por la mayoría de las ciencias humanas y sociales. Tarea exigente –ancha y angosta, a la vez–, como la realidad.
Si bien las ponencias para el I Congreso Internacional de Historia Inmediata han sido seleccionadas por invitación, otros interesados pueden comunicarse a los correos historiainmediata@gmail.com o jlmonzantg@gmail.com, y al 0261-300.6863 o 0261-300.6801.
Las memorias del evento se recogerán en el primer número de la Revista Suramericana de HISTORIA INMEDIATA, que –publicada en digital y en físico a manera de anuario– estará abierta al estudio de la inmediatez desde las ciencias humanas o sociales.